Papá
había reservado en las Landas (Francia) para pasar las vacaciones en
un hotel. Había reservado para cuatro días. Llegamos al hotel y nos
gusto mucho. Era fantástico, estaba en medio de la naturaleza. Lo
dirigían una pareja de ancianitos muy simpáticos. Al tercer día
nos enteramos que el anciano había alquilado por equivocación
nuestra habitación a otras personas, nuestra última noche. Estaba
compungido. La anciana se había enfadado mucho con él. Nosotros les
tranquilizamos diciéndoles que nos iríamos y buscaríamos otro
alojamiento. Entonces los ancianos, muy amables, nos dieron
rápidamente su solución. Eran propietarios de un antiguo palacete,
que había sido hotel durante muchos años. Ahora vivía en el
únicamente su hijo. En ese hotel se habían alojado muchísimos
famosos, como por ejemplo Mitterrand, Felipe González…
Aceptamos la solución y nos encontramos en un bonito palacete, muy antiguo, con grandes habitaciones y camas enormes. Y fácilmente con algún que otro fantasma de propina. ¡JA, JA, JA!
Aceptamos la solución y nos encontramos en un bonito palacete, muy antiguo, con grandes habitaciones y camas enormes. Y fácilmente con algún que otro fantasma de propina. ¡JA, JA, JA!
Matilde García